Era en mi etapa en Londres, allá por 1999, cuándo de vez en cuando me escapaba para dar una vuelta. Conocía mucha gente en los hostels o albergues. Ellos seguían su viaje mientras que yo me tenía que volver a Londres, me daba rabia no poder continuar. Y esto, que no me pasó ni una ni dos veces, me marcó de por vida. Me prometía a mí mismo que alguna vez yo sería uno ellos.
Pasó el tiempo, y llegó el momento de ponerlo en práctica, estuve viajando por Europa algo más de un mes. No me defraudó, fueron las sensaciones que andaba buscando, que gustazo, yo ya no tenía que volverme para atrás, no iba pendiente del calendario.
Realmente mi estancia en Londres por un año y medio, fue un gran viaje y lleno de experiencias muy positivas. Me acuerdo que cuando preparé el viaje de algo más de un mes, tuve que dejar el trabajo, la residencia donde vivía, pero estaba claro que no me podía llevar todo lo que allí tenía, yo sólo necesitaba mi mochila, algo de ropa y mi cámara de fotos, que entonces no era digital.
Empecé vendiendo mi televisor con vídeo incorporado, (creo que se les conocía entonces como “combi” ), mi equipo de música, envié una maleta a España por correo y dejé otras dos o tres en habitaciones de diferentes compañeros de la residencia. Cuando volví a Londres, las maletas ya no se encontraban donde las dejé, habían ido cambiando de habitación porque la gente se iba yendo. Incluso, una de ellas, en una habitación que yo no conocía a nadie. El compañerismo era muy grande. Era muy bonito.
La noche antes del viaje, realizando las maletas que iba a dejar en las distintas habitaciones de mis compañeros
Otra experiencia interesante fue que yo iba enviando postales al trabajo por todas las ciudades por las que pasaba. Mis compañeros no conocían mi itinerario (realmente no lo sabía ni yo), y lo descubrían cuando les llegaba la postal.
Fue muy bonito, cuando volví a Londres así me lo hicieron saber, “estábamos deseando ir a trabajar por si había una postal nueva”.
También envié una desde Rusia a mi familia en España, ¿tú no estabas en Londres?, para todos mis amigos de Londres, tanto compañeros de residencia como de trabajo, un abrazo muy grande.
Todos estos viajes, junto con los recuerdos de cuando España, nuestros antepasados, dieron la primera vuelta al mundo, (agosto 1519 – septiembre 1522), primero con el portugués Magallanes al mando, hasta su muerte en Filipinas, sustituido después, por el español Juan Sebastián Elcano. yo tenía muy claro que éste iba a ser otro proyecto, vamos, ya se había convertido en un sueño pendiente de cumplirse, no sabía para cuándo, pero si que lo iba a intentar.
Bueno, y finalmente ha llegado el momento de hacerlo realidad, ya cumplí uno, que era ir al desierto, y ahora me quedarían los siguientes:
– La vuelta al mundo (estamos en ello)
– Ir al polo norte y sur, (a lo mejor aprovecho en este viaje, 3 x 1)
– Viajar por España, conocer bien nuestro país, que es precioso, los españoles tenemos un país increíble, y no nos damos cuenta.
Con respecto a la vuelta al mundo, lo que lo hace más difícil este viaje, es que no llevo mucho dinero, voy con lo justo o más que lo justo, vamos, que para mantenerme debo ir trabajando en algunos sitios por los que vaya pasando, trabajar por comida y cama, y cuando pueda por dinero. Si os hacéis la siguiente pregunta que yo ya he contestado algunos amigos y familiares, ¿por qué no esperas a ahorrar algo de dinero y luego te vas?, os diré la respuesta, la respuesta es otra pregunta, ¿cuando se ahorra el suficiente dinero para dar la vuelta al mundo?
Yo todavía no lo he conseguido, pero hay que lanzarse, lo voy a intentar, esto es una gran apuesta a nivel personal, que independientemente que lo consiga o no, me llenará, porque el objetivo real no es conseguir dar la vuelta al mundo, que también, es ir disfrutando de cada etapa, que es lo que te va enriqueciendo, disfrutar de cada paso que vas dando. Lo que es seguro, es que no me voy a quedar en casa soñando.
Y esto se puede aplicar a otras facetas de la vida. Perdemos mucho tiempo en planificar nuestra vida, y luego también nos recreamos en los problemas. Si dependen de nosotros, nos ponemos con ellos y los solucionamos, (pero les dedicamos el tiempo justo), y mientras tanto nos olvidamos de ellos, insisto, la vida es demasiado corta, no debemos estar hablando todo el tiempo de ellos. Si no dependen de nosotros, directamente los desterramos, los olvidamos. Ya sé que hay problemas con los estamos conviviendo todo el tiempo, como las enfermedades crónicas, etc, pero si no paras de llorar, no avanzarás, tienes que asumirlo e intentar adaptarte a tu nueva vida.