Otro gran viaje, (realmente todos ocupan su lugar). Un mes y medio explorando el continente europeo. Fue también mi primera entrada en Rusia. Como comenté antes, empezó una gran amistad con el país. Un saludo para todos mis amigos en Rusia.
Una pequeña anécdota sobre un australiano que conocí en este viaje a Rusia, Yo había elegido la época más fría en la cual se puede visitar, contra todo consejo de una amiga rusa de la residencia, “ ¡ tú estás loco !”, ¿qué se te ha perdido a ti allí en pleno invierno ?, que no fuera por favor, que esperara al verano. Yo la contesté que precisamente buscaba experimentar el crudo invierno ruso, (además, en los telediarios se hablaba que en algunos lugares se estaban congelando las calefacciones). Bueno, con este panorama me encuentro a un australiano en San Petersburgo y Moscú, con un abrigo de una especie de pana, (lo que se dice lo ideal para la nieve) totalmente congelada, como una piedra y sin poder doblarla por el frío, Encima para el colmo, no lo podía abrochar, no tenía botones. Un fenómeno.
Me alegro de no haber hecho caso a mi amiga. Fue un gran viaje. Además no hubiera conocido a dos grandes amigas de San Pertersburgo. Lo he comentado con muchos viajeros. Al cumplir los 18 años, los padres deberían regalar un billete de Interrail a sus hijos. Esta sería una gran norma no escrita. Sería una gran escuela, una gran experiencia para ellos, una experiencia que nunca nadie les podrán robar. El viajar te abre al mundo.
Más abajo, podemos ver el rio Neva a su paso por San Petersburgo casi congelado en su totalidad.
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