Hola a todos de nuevo, hoy vamos a referirnos casi al principio del viaje, donde lo habíamos dejado. Recordar que había empezado en septiembre, en octubre había encontrado a mi primera familia, ( https://javierrodriguezgarcia.com/lagkada-mi-primera-familia/ ) y en noviembre continuaba mi camino. En este caso se unía a mi viaje una fenómena, Lucie Tvardková, de la Republica Checa.
Nuestra idea en un principio era alquilar un coche en Kalamata, hacer una ruta por el Peloponeso, visitar ciudades como Esparta, Olimpia, cruzar también al otro lado de la península y visitar Náfpaktos, (conocida más por los españoles como Lepanto), volver a Kalamata, dejar el coche, y desde allí hacer autostop a Atenas, ya que dejar el coche en Atenas encarecía mucho el alquiler, muchísimo. En Atenas pasar un par de días, reencontrarnos si fuera posible con unos viejos conocidos (unos fenómenos). Ya, por último, tomar un Ferry y dirigirnos a nuestro próximo voluntariado en Creta, dónde nos asentaríamos de nuevo, pasaríamos cerca de dos meses, y nuevas personas entrarían en nuestras vidas. Este viaje es así, unas personas vienen y otras se van. Este ciclo no para, presentaciones y despedidas, o mejor dicho, realmente no se van, se quedan, besos y abrazos a todas ellas. Otro punto que teníamos claro, era que no nos íbamos a gastar el dinero en Hostels, íbamos a dormir en el coche, donde nos pillara.
Lo primero que hicimos fue despedirnos de todos los que pudimos del pueblo, no dimos con todos los que yo quería, pero nos teníamos que ir. Algunos nos dieron alimentos para el viaje, también algo dulce, je, je. Empezamos haciendo autostop hasta Kalamata, en Kalamata recogimos el coche, no estaba mal, cabía todo nuestro equipaje y era lo suficientemente amplio para dormir.
Despedida con algunos habitantes de Lagkada, no pudimos hacerlo con todos, desde aquí un saludo a toda Lagkada, besos y abrazos
Lo impresionante de este viaje es que íbamos adentrarnos en la historia, en ámbitos muy distintos unos de otros, pero todos muy importantes. El primero era Esparta, aquí se mezcla historia y leyenda, y una segunda parte la viviría en Troya, que visité cuando estuve en Turquía (Supuesta Troya).
Con respecto a Esparta, todos hemos oído hablar de su ejército y el tipo de entrenamiento que recibían sus ciudadanos para convertirse en valerosos soldados, incluso con los niños desde su nacimiento, sometiéndolos a duras pruebas para crear guerreros resistentes al dolor. También practicaban una selección de los más fuertes, sacrificando a los que no superaban su baremo, o directamente a los que pensaban que no eran válidos para el ejército. Desde los siete años, el estado educaba a sus ciudadanos, no los padres.
Dentro de las constantes guerras civiles entre los distintos pueblos griegos, los espartanos eran temidos y admirados. Cuando había una alianza de las distintas fuerzas griegas contra invasores exteriores, como los persas, Esparta y Atenas lideraban éstas.
También cruzamos el puente que une la península con el continente, (que por cierto tiene un peaje caro de narices, cruzar el dichoso puente tiene un coste de 25 o 30 €).
Vista del puente desde Lepanto
Pasado el disgusto del peaje (del atraco), seguimos nuestra ruta para poder visitar Náfpaktos, cómo he comentado antes más conocida por los españoles como Lepanto, por la batalla decisiva que tuvo lugar en 1571 en sus aguas, en frente de su puerto. Una coalición (la Liga Santa), comandada por España (Juan de Austria, hijo de Carlos I de España y V de Alemania), y en el que el mayor número de soldados y barcos eran españoles, pararon la invasión de Europa por el imperio Otomano. En esta famosa batalla nuestro querido Cervantes perdió la movilidad de la mano, (no la mano como muchas veces se piensa), también recibió otro disparo en el pecho.
Estatua de Cervanes en Lepanto
La ciudad es preciosa, sobre todo la zona cercana al puerto, y además podemos encontrar placas de agradecimiento o reconocimiento a España, también a otros participantes. Igualmente una estatua de Cervantes.
Luego tenemos Olimpia, donde se celebraban cada cuatro años los juegos Olímpicos, con la misma importancia que los de Delfos, (ya lo comenté en un articulo anterior). Los primeros que se tienen constancia se celebraron en 776 a.c.
En los juegos actuales, la llama olímpica procede siempre del estadio, aquí en Olimpia, donde se enciende con la energía solar con un espejo parabólico.
De estos lugares no queda mucho, que digas madre mía, tienes que ir con la imaginación, con la mente abierta. Para mí saber que estaba en el lugar era suficiente, yo me imaginaba como era la vida antes, y que yo estaba paseando por lo que fue Esparta o Olimpia. En el caso de Olimpia bajo la lluvia, no estaba precisamente chispeando (por supuesto sin paraguas, ¿qué eso del paraguas?), acabamos empapados, fue un aliciente más.
En Olimpia bajo la lluvia, disfrutando
Un día dormimos muy cerca de Olimpia, cerca de un pueblo montañoso muy pequeño. Elegimos un lugar a las afueras. No me acuerdo que hora era, creo que las dos o las tres de la mañana, pero el caso fue que la policía nos despertó, con todos los vecinos mirando a una distancia prudente del coche, como asustados. Yo no sé si me quedé más sorprendido por el hecho que la policía nos despertara en un lugar perdido de Dios, o por la cara de los vecinos. Creo que más por lo segundo. No pude hacer una foto en esos momentos, pero…, Finalmente cambiamos de lugar, no tuvo más trascendencia. La policía fue amable, tampoco era del pueblo, simplemente fue alertada por los vecinos.
El tiempo pasó muy rápido, y teníamos que volver a Kalamata para entregar el coche. Apuramos al máximo el último día, llegamos por la tarde, a sabiendas que nos iba a anochecer para hacer autostop, y que no es ésta la mejor opción. Pero yo tengo una cosa muy clara en este viaje de la vuelta al mundo, no hay prisas, y hay que disfrutar cada momento. Si estamos pensando en que no llegamos, que sé va hacer de noche, nos estresamos y no disfrutamos. Lo importante era que controlamos todas las opciones, sabíamos que si elegíamos volver por la tarde iba a ser más difícil la segunda parte, pero no nos importaba, ya veríamos luego, a lo que surgiera.
Finalmente llegamos a Kalamata, entregamos el coche, teníamos que elegir el punto más adecuado para hacer autostop. Nos tocó andar un rato cargados con las mochilas. Finalmente llegamos al punto que creímos más oportuno, pero ya estaba anocheciendo, pero lo más gracioso es que empezó a llover, bueno, la aventura era completa, si era difícil que los coches pararan de noche, lloviendo a las afueras de una ciudad, lo ponía un poco más complicado. Yo siempre me digo, yo sólo necesito un coche, siempre hay alguien que para.
Haciendo autostop bajo la lluvia y de noche
Después de cerca de dos horas lo conseguimos, y encima tuvimos suerte, directo a Atenas, sin trasbordos, un viaje de unas tres horas. Una chica muy maja, precisamente se iba hacer una pequeña ruta por algunos países de Europa, incluida España.
La guinda a este viaje fue el reencuentro con cuatro amigos, dos de Atenas y dos de Uruguay. Nos conocimos todos en Lagkada, los primeros son Thalia y Aleks, cuando se fueron nunca pensé que nos íbamos a volver a ver tan pronto, lo pasábamos muy bien juntos, y lo más importante, me traían chocolate todos los días, Je, Je. Luego también están Belén y Pablo, de Uruguay, también muy majos, pero éstos no me traían chocolate, je, je, son igualmente unos fenómenos. A ellos no pensaba verlos hasta que llegue a Nueva Zelanda, habían conseguido una visa de trabajo y se iban en los próximos días, tuvimos suerte y se retrasaron por el papeleo. Nosotros por nuestra parte, en un principio no pensábamos ir a Atenas, nuestra idea era coger el ferry a Creta en la península del Peloponeso, pero por precio, fechas, etc., lo más cómodo era Atenas, pues nada, por tercera vez a Atenas. Se dieron todas las circunstancias para reencontrarnos, finalmente decidimos que cenaríamos todos juntos al día siguiente en Casa de Thalia y Aleks. Antes hablaba de presentaciones y despedidas, pero los reencuentros no tienen precio.
Cena memorable
Al día siguiente después pasar el día con nuestros amigos y cenar, Lucie y yo tomamos el Ferry hacia nuestra nueva aventura, no llegaríamos ya a Creta hasta el día siguiente por la mañana.
Dejando el puerto de Atenas destino Creta
Ahora mismo este articulo lo estoy escribiendo desde Jordania, desde el desierto con los beduinos, he encontrado un lugar ideal para pasar una temporada, escribir, leer, no tengo internet, pero me puedo acercar de vez en cuando al pueblo más cercano. Ya hablaré de éste lugar en próximos artículos.
Si alguien quisiera colaborar con la vuelta al mundo, puede encontrar toda la información en el Blog, en “Patrocinios y Ayudas”. igualmente puede contactar conmigo en charper8@hotmail.com
Muchas Gracias a todos
Hola Javier, decirte que me encanta leer tus publicaciones, porque transmites tus sensaciones y me gusta que las compartas.
Por cierto volviendo a Delfos, El Oráculo de los Dioses, He oído decir, que a la entrada del templo, había una inscripción que decía «CONOCETE A TI MISMO». (Por supuesto no quedará restos de ella). Creo que en un viaje como este, tu, lo vas a conseguir. TE VAS A CONOCER A TI MISMO.
Besos.
Ya sabes, TE QUEREMOS.
Si, debió ser un lugar increíble en su tiempo. Muchas Gracias por tu apoyo. Creo que hace tiempo que me conozco a mi mismo, más o menos siempre he tenido las ideas muy claras.
Muchos Besos
¡Estupendo Javier!. Me sorprende que puedas acordarte de lo vivido hace meses. ¡Vaya memoria! Sigue disfrutando. Besos.
Si, y las fotos me ayudan mucho, es como el guión.
Muchos Besos
Hola Javier, nos encontramos hace unas horas no mas en Wadi Rum. Que gusto leer tu blog. En unos dias te enviare las fotos que te prometio mi padre. Me encanta tu aventura y te deseo la mejor de las suertes 😎😎😎🐫🐫🐫🐪🐪🐪🐑🐑🐑😎😎😎
Muchas Gracias, para mi ha sido un placer conocer a tu familia, ahora en un rato me voy andando al campamento. Es una gozada andar por el desierto de noche, son unos 10 km. Muchas Gracias por tu apoyo. Acabo de publicar otro artículo. Un Beso y recuerdos a toda tu familia