Hola a todos de nuevo, cómo ya comenté antes en anteriores publicaciones, voy alternar artículos del principio de viaje y actuales, esto ocurrirá hasta que me ponga al día. En este caso voy a hablar de mi despedida de Israel y mi entrada en un nuevo país, Jordania, donde me encuentro actualmente desde hace poco más de una semana. Luego dedicaré otro artículo exclusivamente a Israel, he pasado tres meses estupendos, y hay mucho que contar.
Primero, comentar, que después de pasar un mes y medio en Egipto, me dije, en Israel más o menos un mes, pero cuándo me quise dar cuenta, habían pasado casi tres meses. Aunque me podría quedar otros tres meses más, sentí que había llegado el momento de partir ya a un nuevo destino. No es fácil ir dejando los distintos lugares, más cuando te has asentado, conoces a la gente y te sientes uno más, en definitiva, estás muy a gusto. Pero por otro lado también piensas que te quedan muchos lugares por descubrir y gente por conocer, tienes esa ilusión de empezar una nueva aventura. Como podéis ver en el blog, llevamos más de 16.300 km recorridos juntos hasta ahora, pero ésto no es ni siquiera el principio. Nos queda todavía mucho camino.
Otra cosa muy importante es cómo estoy haciendo el viaje, como ya he comentado en la presentación del blog, no es cuestión de terminar la vuelta al mundo que también, sino de disfrutar del camino, dedicar tiempo a cada lugar, integrarte lo más posible con los locales, intentar vivir como ellos, conocer su cultura y sus inquietudes, su gastronomía, etc. Mi idea no es visitar en plan japonés el mayor número de lugares posibles y sin tiempo para respirar, me gusta ir despacio y sintiendo cada lugar, con la agenda completamente abierta.
Desde aquí, quiero agradecer su hospitalidad a Liad y a Lisa, también a toda su familia, especialmente a Hila, Tal y María. Hila y Tal, tienen dos niños preciosos, una niña Ofri, que siempre que me nos veíamos me recibía con un “Hola”, y nos tirábamos un minuto saludándonos, repitiendo Hola con diferentes tonos. Geva, el niño, es más pequeño, todavía no habla mucho, pero te sorprendía a veces con otro “Hola”, muchos besos, me lo comía si pudiera.
Creo que no me equivoco, están para comérselos
Ofri también me sorprendió el último día con este regalito, para los que no entienden inglés, me escribe en hebreo e inglés, te echo de menos, vuelve a Odem de nuevo, y le pone la guinda con un «HOLA», que era como siempre me saludaba y nos tirábamos un minuto. Muchas gracias, muchos besos
También saludos a Matan, a su perro Chiquitín (en realidad su nombre es Monstruo, es un mastín), y a todos los compañeros que han pasado por el Hostel, que sois muchos, habéis sido mi familia durante todo este tiempo, también clientes. Besos y abrazos para todos. Es imposible nombrar a todos, pero hemos pasado juntos momentos muy entrañables.
No están todos porque muchos ya han dejado el Hostel antes que yo, pero esta foto nos representa a todos, a la gran familia que hemos formado. La fotografía se tomo horas antes que abandonara el hostel
Cabe destacar que siempre ha existido una relación muy especial entre clientes y voluntarios. Es un lugar muy especial, Liad, tu objetivo está conseguido, la gente se siente como en su propia casa. El Hostel, se encuentra en Odem, en los Altos del Golán, se llama “Golán Heights Hostel”.
Liad, Objetivo conseguido
Cuando llegué a “Los Altos del Golán” estaba todo verde, ahora ya está todo amarillo. Como he dicho al principio ya hablaré en otro artículo de Odem y en general de Israel. ¡Ah Liad!, muchas gracias por tus botas, me están haciendo un buen servicio, son bastante buenas. Las botas que me traje de España ya tenían unos años y estaban un poco cascadas, en Egipto me compre otras por unos 20 €, y lo muy barato al final sale caro. Me duraron tres meses, eso sí, dándoles bastante caña. A Liad le regalaron otras botas y él me regaló las que tenía, que me están dando muy buen resultado. Además de ahorrarme mínimo 60 €. Gracias de nuevo, un abrazo.
Muchas Gracias por tus botas
Llegó el momento de partir, y por el camino visitaría las últimas ciudades de Israel, antes de llegar a la frontera con Jordania en el sur, la más cercana al desierto jordano, pero con el hándicap del horario, ya que cerraba a las 20:00 h. También elegí la frontera sur porque quería cruzarme el país de nuevo para despedirme, es muy agradable cruzar el desierto israelí en autostop. Carreteras que se pierden en el infinito. Me lo tomé con tranquilidad, y tardé cinco días en llegar, cuando lo normal es hacerlo en veinticuatro horas haciendo autostop, esto por experiencia propia.
Finalmente, llegué a las 17:00 h. a la frontera, tres horas antes de que cerraran, no está mal. Crucé la frontera andando, la policía Israelí muy amable, deseándome suerte en mi vuelta al mundo. La entrada al país no fue tan fácil, ya hablaré de ello. Al otro lado también todo muy bien, preguntándome que si era del Barça o del Madrid. Luego tengo que hacer una reflexión sobre el futbol. No pagué nada por entrar en Jordanía, si por salir de Israel. Al final todo correcto hasta que salgo del control de fronteras, ya que me obligan a coger un taxi hasta Áqaba, que es la primera ciudad. No puedo ir andando ni coger el autobús, que es sólo para los jordanos, (luego me enteré que los egipcios también pueden cogerlo, pero los turistas no árabes imagino, tenemos que pasar por el aro de coger un taxi con la tarifa correspondiente. Al final hay dos opciones dicho por la policía y los taxistas que estaban alrededor de mi como buitres, coger el taxi o ser devuelto a Israel, había una tercera que no la consideré una opción, ir andando y que te peguen un tiro, je, je.
Frontera jordana después de abandonar la israelí
Yo toda esta información ya la sabía, pero me quise hacer el tonto porque me parecía abusivo que me obligaran a coger un taxi, mi idea era seguir mi camino en autostop. También para hacer más presión a la hora de regatear, y gracias a ello, después de marear al taxista, y él acudiera a la policía de la frontera para que me convencieran, entonces descubrí que los 70 Dinares o 80 Dinares que me pedían, se quedaban en 12 Dinares a Aqaba y 34 Dinares a mi destino, estamos hablando de 12 € y 42 € respectivamente, a un cambio de 1 Dinar = 1,24 €. Los precios estaban escritos a la salida del último control de frontera. No sé si yo hubiera podido bajar tanto.
Visto que era Ramadán, que eran cerca de la 18:00 h (en una hora y media anochecía), y mi destino era el desierto, decidí que me dejara lo más cercano posible al desierto por los 34 Dinares. El precio en si después de llegar no me pareció tan caro, hicimos unos 81 km.
En el camino ya todo más tranquilo, bueno en parte, porque íbamos a 150 – 160 km / h, eso sí, estábamos solos en la autovía, nos presentamos, y disfrutamos del camino que era precioso, el taxista ya más calmado, había conseguido su cliente, pero no al precio que él quería. Lo más importante de todo era que me encontraba por fin al otro lado de las montañas que siempre había visto desde Israel, Jordania.
Cuando llegamos cerca de Wadi Rum, que es la zona donde me encuentro actualmente, vimos a los primeros beduinos, se puede decir que se conocen todos, ya que el pueblo es muy pequeño, (más que pueblo es más parecido a un poblado), es el punto de civilización más cercano al desierto donde estoy viviendo. Llamaron a Ahmed, con él y su familia pasaré un tiempo en el desierto. Me dijeron que no me preocupara que en una hora y media vendría a por mí. Yo me tumbe, el entorno era precioso, era ya de noche, pero había luna llena, era un ambiente muy relajado. Me dije a mí mismo, “estoy en el sitio ideal, me voy a tirar aquí una temporada. Esto es precioso, aislado, relajado, está lleno de formaciones rocosas con formas caprichosas, parece que las ha diseñado Gaudí, me recuerdan muchas a la casa Milá, o la casa Batlló. Finalmente Ahmed se presentó y nos fuimos al campamento. Una gozada conducir por el desierto de noche.
Cuando llegamos, me dieron la bienvenida, me dieron de cenar, la comida es maravillosa, verduras, pollo, arroz, delicioso todo. En Israel no comía mucha carne, pero aquí me parece que comeré pollo todos los días. Cocinan con gas, a veces debajo de la tierra en pozos, y los cubren de arena, y otras veces a la brasa, ya enseñaré fotos.
El campamento está situado debajo de una pared rocosa, como son aquí todas las formaciones montañosas, verdaderas paredes, con cornisas, con oquedades que parecen ventanas o puertas, y con alturas considerables. La pared lo protege del sur, pero ahora en verano cuando el sol está en vertical, prácticamente nos da igual. Hace mucho calor, pero a partir 19:30 h. cuando empieza el atardecer, esto es el paraíso.
La primera noche me subí a una montaña a contemplar las estrellas, la brisa que soplaba era muy agradable. El cambio de temperaturas es grande del día a la noche, no llega a hacer frio para mí, pero si para ellos.
Podemos ver el carro mayor y el menor
Cuando voy al pueblo muchas veces voy andando, son unos 10 km por el desierto, los pies se te hunden en la arena, y lo peor es el calor. Pero la vuelta la suelo hacer por la noche, mucha gente en el pueblo me decía sobre todo la primera vez, que no lo hiciera, ¿qué si lo sabía Ahmed?, que me podía perder, que de noche era muy peligroso, que mucha gente se había perdido, que la luna sale muy tarde ya, que no se ve nada. Yo les decía que se tranquilizaran, que llevo linterna, conozco el camino, me puedo guiar por las estrellas y las montañas, que era muy fácil.
Es una pasada andar por el desierto de noche y sin luna, las estrellas brillan un montón, con una ligera brisa. Muchas noches cuando todos están durmiendo salgo a andar. Otras veces me quedo sólo en el campamento porque se han ido al pueblo y no vuelven en dos o tres días. Una tranquilidad absoluta. Este es el lugar ideal para escribir, leer, relajarse, etc que mucha gente querría.
Un día veo que trajeron una cabra. Me dijeron que tenían invitados esa noche. La sacrificaron de forma muy rápida, el cocinero y el menor de los hermanos (23 años), el cocinero sólo sujetaba, se desangro en 20 o 30 segundos, no se movió en ningún momento. Luego ya solamente el chaval la limpió.
La cena fue muy interesante, yo no me enteraba de mucho, me decían que hablaban de negocios, pero participar de aquel momento fue muy entrañable. También probar la leche de camello fue una gran experiencia, está buenísima. El primer día lo pagué un poco ( estaba un poco descompuesto, pero me duró sólo dos días), mi cuerpo enseguida se adaptó, ya no me afecta, de momento, toco madera. Dicen que no hay que tomar más de tres vasos. Ellos no la hierven, pero la mezclan con el té.
El cabrito con arroz, delicioso, eso sí, comiendo con las manos y con ayuda del pan, íbamos pellizcando la carne, igualmente con el arroz.
Reunión después de la cena, podemos ver la leche de camello en botellas de agua
También quiero enviar un saludo a una familia de alemanes que conocí aquí en el desierto, me regalaron esta gorra, me dijeron tú que viajas más, te va a hacer más falta. La cuestión que después de dos días, la despedida fue muy fría, ni siquiera un apretón de manos como hacen muchos, se limitaron a levantar la mano. Sé que son alemanes pero… de todas formas besos y abrazos.
Bueno, de momento estoy aquí, no sé por cuánto tiempo, pero como he dicho antes, disfrutando.
Que interesante Peerr
Sí, la verdad que sí. Esto es increíble
Hola Javier,
Que bien, que pronto has vuelto a escribir. Desde luego, seguro, que es difícil orientarse en el desierto, al menos para mi, me dan dos vueltas por Madridejos y ya me he perdido, en cambio, tú te orientas en el desierto con las estrellas, (efectivamente he reconocido a escorpio,) que experiencias estas viviendo. Lo describes todo como si fuera sencillo viajar, integrarse con la gente, como si esa forma de vida, fuera de lo más fácil. En fin, me alegro mucho de todo lo que estas viviendo.
Besos.
y ya sabes TE QUEREMOS.
Si, aquí espero ponerme al día. Sí es un estilo de vida diferente, hay muchas costumbres que chirrían en nuestra sociedad. Pero eso es lo bonito de viajar.
Las montañas ayudan mucho a orientarse aquí
Muchos besos
Hola Javier. Estaba aqui en mi pueblo en Italia, en un bar tomando dos chupitos de grappa y animándome para ir por fin leyendo donde está mi amigo Javier de Madridejos.. Llevo una hora mirando tus fotos, leyendo tus experiencias, percibiendo tus emociones (por lo menos intentandolo..) y disfrutando!!! Los chupitos ya son cuatro..
Gracias apreciado amigo mio, es todo un privilegio conocerte y atender a tus increíbles relatos. Tienes todo mi admiración, aprecio y cariño.
Espero que siempre te cuides y seas prudente.
Cuando vuelvas espero tener la oportunidad de verte y compartir una cena contigo!
Un fuerte abrazo.
Ale.
Muchas gracias, sabes que el aprecio y admiración es mutuo. Muchas gracias por tu apoyo. Y por su puesto, en Italia o España tenemos una cena pendiente.
Un abrazo muy grande
Saludos Chuchin¡
Ya me he puesto más o menos al día. Lo cuentas de forma muy amena.
Disfruta cada segundo.
Y ten cuidado con los alacranes.
Un abrazo.Suerte
Muchas gracias, si escorpiones y serpientes. Besos y abrazos